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viernes, 22 de noviembre de 2013

París

París:


París, la ville de la Lumiere, la ciudad de la luz, es la capital turística del mundo. Y si Francia es el principal país turístico del mundo se debe en buena parte a la historia, a los monumentos y al aura de París.
Arriba, de izquierda a derecha: la Torre Eiffel y el barrio de negocios de La Défense, el barrio japonés de la Rue Sainte-Anne, el Museo del Louvre con la pirámide de I.M. Pei, el Centro Pompidou, la calle comercial Rue de Rennes con la Torre Montparnasse en el fondo.
Esta ciudad de orígenes romanos, Lutecia, se ha convertido gracias a los franceses, pero sobre todo a los extranjeros, en el referente mundial del buen gusto, de la cultura y de la libertad. Como en todo hay exageración, pero cierto es que la ciudad cumple en buena medida las expectativas que desde todo el mundo se han ido creando. En estas páginas les mostraremos todo ello, al tiempo que criticaremos lo que se ha de criticar, sin por ello menospreciar una ciudad que acoge y enseña.


París obtiene su nombre del pueblo galo de los parisios (en latín, Parisii). La palabra «París» deriva del latín Civitas Parisiorium ('la Ciudad de los Parisi'), designación que predominó sobre Lutecia (cuyo nombre completo era Lutetia Parisii). No se conoce con certeza el origen del nombre de los Parisii.

París tiene muchos sobrenombres, el más famoso de los cuales es el de «Ciudad de la Luz» (la Ville lumière), nombre que remite a su fama como centro de las artes y la educación, pero también (y tal vez por lo mismo) a su adopción temprana de la iluminación urbana.

Escudo de París

El gentilicio de los habitantes de París es «parisino» que en francés se dice parisien [paʁizjɛ̃]. A veces, los franceses que viven fuera de París se refieren a sus habitantes como parigots [paʁigo], pero el término incluso ha sido adoptado por los parisinos y ya no tiene la connotación despectiva de ayer.
París es la capital de Francia, se sitúa al noreste del país, ocupando una posición excéntrica que no impide su hegemonía incontestable sobre Francia. Francia es París y provence (la provincia), pero para gran parte del planeta sobre todo París. El centralismo francés puede, en este caso, ser criticado, pero bien muestra la posición de referente y de preponderancia de París como centro político, económico y cultural. París recibe miles de visitantes a lo largo del año, que no se quieren perder la mágia de la ciudad. Por este motivo, la ciudad ofrece una amplia gama de alojamiento, como hoteles, albergues juveniles y apartamentos en París.
La ciudad es grande pero no inmensa, su población, la del municipio, París intramuros, es de poco más de 2 millones de personas, pero con el Gran París, la provincia-región de Île-de-France llega a casi 12 millones censados, muchísimos más si contamos a los estudiantes, viajeros, inmigrantes etc. Ese tamaño grande, pero no inmenso, hace de París una ciudad que se puede conocer a pie. Los grandes centros de interés pueden, con tiempo unirse por grandes paseos (Opera-Concorde-Invalides-Luxembourg-Notre-Dame). El transporte público es eficaz y relativamente rápido. Metro, cercanías, autobuses y tranvía se combinan con fluidez, sólo hay que evitar los horarios punta, mediodía y 5, 6 de la tarde.

La ciudad es el destino turístico más popular del mundo, con más de 42 millones de visitantes extranjeros por año.8 Cuenta con muchos de los monumentos más famosos y admirados del orbe: la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, la Avenida de los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo, la Basílica del Sacré Cœur, el ex Hospital de Los Inválidos, el Panteón, el Arco de la Defensa, la Ópera Garnier o el barrio de Montmartre, entre otros. También alberga instituciones de reconocimiento mundial: el Louvre (el museo más famoso y visitado del mundo), el Museo de Orsay y el Museo Nacional de Historia Natural de Francia, así como un extenso sistema de educación superior de prestigio internacional.

En París la cultura rezuma por todos lados. Y lo hace porque es una forma de garantizar ese aura de importancia, sabiduría y glamour que es su primera ventaja, porque no olvidemos que París está situada en el centro de Europa con lo que su clima no es muy agradable. Si se habla de la luz de París, ésta no es la del sol. El clima de París, con el mismo cielo bajo y gris que cantaba Jacques Brel para su Bélgica natal, deja de importar porque los parisinos y los viajeros no miran a ese cielo plomizo que casi nunca descarga la lluvia. En lugar de hacerlo contemplan los edificios, los escaparates, las librerías, los parques, las avenidas. Eso sí, si usted viaja en primavera o en el comienzo del otoño, con un poco de suerte pueda gozar de los mejores días de París, con cielos despejados, claridad azul. Ahí en esos días podrá apoyarse en las balaustradas de los puentes y decir que la vida es bella.
Vista Noctura de la Torre Eiffel, París
Vista Noctura de la Torre Eiffel, París
El sol que ilumina París puede ser, paradójicamente, su noche, con ese faro extraterrestre que es la Torre Eiffel. Lo son también las hileras de luz que provienen de sus anchas y altas avenidas. Por ejemplo, las de ese eje larguísimo que comenzando en el Museo del Louvre, -en la pirámide de Mitterrand-, recorre las Tullerias y atraviesa los Campos Elíseos para cruzar el Sena y perderse en la city de la Defense.
El sol de París son sus tiendas y el ambiente. Cuando lo hay, cuidado con los horarios, aunque no es Londres, tampoco es Madrid, Barcelona o Bilbao. El ambiente es muy agradable y tomarse un café en el chic y gastado Saint-Germain des Près, o en el joven y menos conocido Mouffetard es algo obligado. Los lugares menos turísticos como Mouffetard son más auténticos. Allí en la calma de un bar bien escogido, donde el camarero no nos habla en esperanto venido a menos, y donde si somos cautos y utilizamos el sentido común, podremos beber algo sin pagar un Potosí. Es en lugares como estos, ojeando un libro recién comprado en uno de los puestos de libros del Sena (bouquinistes) y que casi ni entendemos, es ahí donde se cierne, a nuestro lado, la esencia de París.
París es una ciudad acogedora para el turista, un poco menos para quien va a vivir en ella, pero es normal, es una urbe y tiene todo lo bueno y lo malo de estas megalópolis contemporáneas. A pesar de todo, París ha guardado parte del encanto imaginado por los artistas del siglo XX y gracias a su tamaño humano, la ciudad le recibirá con los brazos abiertos.

París ha sido un centro cultural y artístico relevante en la historia occidental. En ella nacieron, se formaron o desarrollaron sus carreras figuras francesas de la talla de René Descartes,MolièreVoltaireVictor HugoÉmile ZolaAlexandre Dumas, hijoEdgar Degas y Claude Monet entre otros. Desde comienzos del siglo XIX y hasta finales de la década de 1960, París fue el centro mundial del arte.36 Este periodo recibió su brillo de emblemáticos representantes del arte francés como BraqueDuchamp o Matisse y varios artistas extranjeros como Beckett,BrancusiBrechtBuñuelHemingwayJoyceKandinskyMondrianPicasso y Stravinski.36 En esta época hubo un progresivo desplazamiento de los centros creativos por diferentes barrios de la ciudad: desde Montmartre, cuna del cubismo, a Montparnasse, escenario de la bohemia de entreguerras y del surrealismo, hasta Saint-Germain-des-Prés, centro del movimientoexistencialista asociado con Jean-Paul Sartre, y finalmente al Barrio Latino, escenario del Mayo francés.36 Todos estos núcleos conservan su preeminencia dentro de la vida cultural de la ciudad.
Muchos son los autores que han desarrollado sus historias teniendo a la capital francesa como escenario. Tal es el caso de Rayuela (1963) de Julio Cortázar y París era una fiesta (1964) de Ernest Hemingway. Además, la ciudad cuenta con el mayor contenido de obras de arte, distribuido en sus numerosos museos y colecciones privadas. Dentro de estos tesoros el más destacado es La Gioconda, una pintura de valor incalculable.

Museos Parisinos:

París tiene una amplia atracción museística, destacando los siguientes en cada categoría:

Museos de Arte Antiguo:

Museos de Arte del siglo XIX:

Museos de Artes Decorativas:

Museos de arte moderno:
Museos etnográficos:
Museos dedicados a pintores o escultores:
Museos dedicados a escritores o actores:
  • Museo Balzac
  • Museo Victor Hugo
  • Museo Edith Piaf

Museos militares:
  • Museo del Ejército
  • Museo de la Marina
  • Museo de la Orden de Liberación
Museos dedicados a París o sus barrios:
Museos de ciencias:
Museos temáticos:
  • Museo de la Música
  • Museo del Cine - Henri Langlois
  • Museo de los Monumentos Franceses

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