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domingo, 24 de noviembre de 2013

Ciudades de Francia

Las ciudades de Francia son cada una de ellas por separado un formidable destino turístico: algunas por su comida, otras por su tradición, las demás por sus paisajes y encantos naturales.
Las ciudades de Francia son muy diferentes entre sí y no da lo mismo visitar unas u otras. Usted debe elegir aquellas que quiera visitar antes de salir de su casa y así organizar un buen plan turístico ya que sino corre el riesgo de viajar de una a otra perdiendo mucho el tiempo.
Francia tiene una gran cantidad de ciudades y en consecuéncia, una gran cantidad de ciudades bellísimas, por ello creemos que es de gran interés el conocerlas, ya que sin duda, las ciudades de Francia son el centro de apetito turístico que genera el país. En el mapa siguiente se puede hacer a la idea de la situación de algunas de ellas.



Francia, oficialmente República Francesa (en francés: République française), es un país soberano, miembro de la Unión Europea y con capital en París, que se extiende sobre una superficie total de 675 417 km² y cuenta con una población de 66 millones de habitantes.

Constituido en Estado social y democrático de Derecho, su forma de gobierno está organizada como república semipresidencialista con el nombre oficial de «República Francesa» (République française) y la divisa «Liberté, Égalité, Fraternité» («Libertad, Igualdad, Fraternidad»).

El territorio de Francia, y su parte metropolitana, también llamada Francia continental, se ubica en Europa Occidental, donde limita, al sur, con el mar Mediterráneo, el enclave deMónaco (4,4 km) e Italia (488 km); al suroeste, con España (623 km), Andorra (56,6 km) y el mar Cantábrico; al oeste, con el océano Atlántico; al norte, con el Canal de la Mancha, el mar del Norte y Bélgica (620 km), y al este, con Luxemburgo (73 km), Alemania (451 km) y Suiza (573 km). Su territorio insular europeo comprende la isla de Córcega, en el Mediterráneo occidental, y diversos archipiélagos costeros en el océano Atlántico. En América, es territorio de Francia la Guayana Francesa, y las islas y archipiélagos de Martinica, Guadalupe, San Bartolomé, San Martín y San Pedro y Miquelón. 
En el océano Índico posee las islas de Mayotte y de Reunión, así como los archipiélagos de la Polinesia Francesa, Wallis y Futuna y Nueva Caledonia en el océano Pacífico. Son territorios deshabitados de Francia el atolón de Isla Clipperton, en el Pacífico oriental, y las denominadas Tierras Australes y Antárticas Francesas.
Bandera de Francia
Escudo de Francia

viernes, 22 de noviembre de 2013

París

París:


París, la ville de la Lumiere, la ciudad de la luz, es la capital turística del mundo. Y si Francia es el principal país turístico del mundo se debe en buena parte a la historia, a los monumentos y al aura de París.
Arriba, de izquierda a derecha: la Torre Eiffel y el barrio de negocios de La Défense, el barrio japonés de la Rue Sainte-Anne, el Museo del Louvre con la pirámide de I.M. Pei, el Centro Pompidou, la calle comercial Rue de Rennes con la Torre Montparnasse en el fondo.
Esta ciudad de orígenes romanos, Lutecia, se ha convertido gracias a los franceses, pero sobre todo a los extranjeros, en el referente mundial del buen gusto, de la cultura y de la libertad. Como en todo hay exageración, pero cierto es que la ciudad cumple en buena medida las expectativas que desde todo el mundo se han ido creando. En estas páginas les mostraremos todo ello, al tiempo que criticaremos lo que se ha de criticar, sin por ello menospreciar una ciudad que acoge y enseña.


París obtiene su nombre del pueblo galo de los parisios (en latín, Parisii). La palabra «París» deriva del latín Civitas Parisiorium ('la Ciudad de los Parisi'), designación que predominó sobre Lutecia (cuyo nombre completo era Lutetia Parisii). No se conoce con certeza el origen del nombre de los Parisii.

París tiene muchos sobrenombres, el más famoso de los cuales es el de «Ciudad de la Luz» (la Ville lumière), nombre que remite a su fama como centro de las artes y la educación, pero también (y tal vez por lo mismo) a su adopción temprana de la iluminación urbana.

Escudo de París

El gentilicio de los habitantes de París es «parisino» que en francés se dice parisien [paʁizjɛ̃]. A veces, los franceses que viven fuera de París se refieren a sus habitantes como parigots [paʁigo], pero el término incluso ha sido adoptado por los parisinos y ya no tiene la connotación despectiva de ayer.
París es la capital de Francia, se sitúa al noreste del país, ocupando una posición excéntrica que no impide su hegemonía incontestable sobre Francia. Francia es París y provence (la provincia), pero para gran parte del planeta sobre todo París. El centralismo francés puede, en este caso, ser criticado, pero bien muestra la posición de referente y de preponderancia de París como centro político, económico y cultural. París recibe miles de visitantes a lo largo del año, que no se quieren perder la mágia de la ciudad. Por este motivo, la ciudad ofrece una amplia gama de alojamiento, como hoteles, albergues juveniles y apartamentos en París.
La ciudad es grande pero no inmensa, su población, la del municipio, París intramuros, es de poco más de 2 millones de personas, pero con el Gran París, la provincia-región de Île-de-France llega a casi 12 millones censados, muchísimos más si contamos a los estudiantes, viajeros, inmigrantes etc. Ese tamaño grande, pero no inmenso, hace de París una ciudad que se puede conocer a pie. Los grandes centros de interés pueden, con tiempo unirse por grandes paseos (Opera-Concorde-Invalides-Luxembourg-Notre-Dame). El transporte público es eficaz y relativamente rápido. Metro, cercanías, autobuses y tranvía se combinan con fluidez, sólo hay que evitar los horarios punta, mediodía y 5, 6 de la tarde.

La ciudad es el destino turístico más popular del mundo, con más de 42 millones de visitantes extranjeros por año.8 Cuenta con muchos de los monumentos más famosos y admirados del orbe: la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, la Avenida de los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo, la Basílica del Sacré Cœur, el ex Hospital de Los Inválidos, el Panteón, el Arco de la Defensa, la Ópera Garnier o el barrio de Montmartre, entre otros. También alberga instituciones de reconocimiento mundial: el Louvre (el museo más famoso y visitado del mundo), el Museo de Orsay y el Museo Nacional de Historia Natural de Francia, así como un extenso sistema de educación superior de prestigio internacional.

En París la cultura rezuma por todos lados. Y lo hace porque es una forma de garantizar ese aura de importancia, sabiduría y glamour que es su primera ventaja, porque no olvidemos que París está situada en el centro de Europa con lo que su clima no es muy agradable. Si se habla de la luz de París, ésta no es la del sol. El clima de París, con el mismo cielo bajo y gris que cantaba Jacques Brel para su Bélgica natal, deja de importar porque los parisinos y los viajeros no miran a ese cielo plomizo que casi nunca descarga la lluvia. En lugar de hacerlo contemplan los edificios, los escaparates, las librerías, los parques, las avenidas. Eso sí, si usted viaja en primavera o en el comienzo del otoño, con un poco de suerte pueda gozar de los mejores días de París, con cielos despejados, claridad azul. Ahí en esos días podrá apoyarse en las balaustradas de los puentes y decir que la vida es bella.
Vista Noctura de la Torre Eiffel, París
Vista Noctura de la Torre Eiffel, París
El sol que ilumina París puede ser, paradójicamente, su noche, con ese faro extraterrestre que es la Torre Eiffel. Lo son también las hileras de luz que provienen de sus anchas y altas avenidas. Por ejemplo, las de ese eje larguísimo que comenzando en el Museo del Louvre, -en la pirámide de Mitterrand-, recorre las Tullerias y atraviesa los Campos Elíseos para cruzar el Sena y perderse en la city de la Defense.
El sol de París son sus tiendas y el ambiente. Cuando lo hay, cuidado con los horarios, aunque no es Londres, tampoco es Madrid, Barcelona o Bilbao. El ambiente es muy agradable y tomarse un café en el chic y gastado Saint-Germain des Près, o en el joven y menos conocido Mouffetard es algo obligado. Los lugares menos turísticos como Mouffetard son más auténticos. Allí en la calma de un bar bien escogido, donde el camarero no nos habla en esperanto venido a menos, y donde si somos cautos y utilizamos el sentido común, podremos beber algo sin pagar un Potosí. Es en lugares como estos, ojeando un libro recién comprado en uno de los puestos de libros del Sena (bouquinistes) y que casi ni entendemos, es ahí donde se cierne, a nuestro lado, la esencia de París.
París es una ciudad acogedora para el turista, un poco menos para quien va a vivir en ella, pero es normal, es una urbe y tiene todo lo bueno y lo malo de estas megalópolis contemporáneas. A pesar de todo, París ha guardado parte del encanto imaginado por los artistas del siglo XX y gracias a su tamaño humano, la ciudad le recibirá con los brazos abiertos.

París ha sido un centro cultural y artístico relevante en la historia occidental. En ella nacieron, se formaron o desarrollaron sus carreras figuras francesas de la talla de René Descartes,MolièreVoltaireVictor HugoÉmile ZolaAlexandre Dumas, hijoEdgar Degas y Claude Monet entre otros. Desde comienzos del siglo XIX y hasta finales de la década de 1960, París fue el centro mundial del arte.36 Este periodo recibió su brillo de emblemáticos representantes del arte francés como BraqueDuchamp o Matisse y varios artistas extranjeros como Beckett,BrancusiBrechtBuñuelHemingwayJoyceKandinskyMondrianPicasso y Stravinski.36 En esta época hubo un progresivo desplazamiento de los centros creativos por diferentes barrios de la ciudad: desde Montmartre, cuna del cubismo, a Montparnasse, escenario de la bohemia de entreguerras y del surrealismo, hasta Saint-Germain-des-Prés, centro del movimientoexistencialista asociado con Jean-Paul Sartre, y finalmente al Barrio Latino, escenario del Mayo francés.36 Todos estos núcleos conservan su preeminencia dentro de la vida cultural de la ciudad.
Muchos son los autores que han desarrollado sus historias teniendo a la capital francesa como escenario. Tal es el caso de Rayuela (1963) de Julio Cortázar y París era una fiesta (1964) de Ernest Hemingway. Además, la ciudad cuenta con el mayor contenido de obras de arte, distribuido en sus numerosos museos y colecciones privadas. Dentro de estos tesoros el más destacado es La Gioconda, una pintura de valor incalculable.

Museos Parisinos:

París tiene una amplia atracción museística, destacando los siguientes en cada categoría:

Museos de Arte Antiguo:

Museos de Arte del siglo XIX:

Museos de Artes Decorativas:

Museos de arte moderno:
Museos etnográficos:
Museos dedicados a pintores o escultores:
Museos dedicados a escritores o actores:
  • Museo Balzac
  • Museo Victor Hugo
  • Museo Edith Piaf

Museos militares:
  • Museo del Ejército
  • Museo de la Marina
  • Museo de la Orden de Liberación
Museos dedicados a París o sus barrios:
Museos de ciencias:
Museos temáticos:
  • Museo de la Música
  • Museo del Cine - Henri Langlois
  • Museo de los Monumentos Franceses

jueves, 21 de noviembre de 2013

Video: Paseo por el Río Sena


Paseo por el Río Sena, París (Francia) en un catamarán.
El río Sena es uno de los ríos principales y vía de agua comercial de las regiones de Isla de Francia y Alta Normandía en Francia. Nace a 470 msnm en el departamento de Côte-d'Or y desemboca en forma de estuario en El Havre, en la bahía del Sena, después de haber pasado por ciudades como Troyes, París o Ruan. Hay cerca de tres docenas de puentes sobre el río Sena en París y otros muchos cruzando el río fuera de la ciudad.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Versalles

Jardines del Palacio de Versalles
Jardines del Palacio de Versalles, capital del Reino del "Rey Sol" Luis XIV
Versalles, la antigua capital real, la ciudad de la Corte, construida realmente a partir del primer palacio por Luís XIII a principios del sigo XVII. Centro del mundo que coincidirá con el apogeo de la Francia de Luís XIV y XV, con el espectacular Palacio de Versalles. Centro del mundo una vez mas cuando estalla la Revolución en 1789, rápidamente Versalles, representación del Antiguo Régimen, pasará a segundo, a tercer plano. La ejecución del rey Luís XVI y de María Antonieta pondrá punto final al esplendor de Versalles. Relativamente olvidada durante el siglo XIX, la entrada en el XX lo recuperará para la historia ya que en sus palacios se firmaran los tratados que pondrán fin a la Grande Guerre. Los tratados de Versalles, Trianon, el Armisticio, el fin de las carnicerías de 1914-18. Lamentablemente la guerra continuará su triste recorrido por todo el siglo XX, pero Versalles habrá renacido. Sobre todo gracias su Palacio, reconvertido por la República francesa en monumento de un pasado del que quiere distanciarse pero que, al mismo tiempo, también es el recuerdo histórico que muestra la grandeza de ese mismo pasado. La grandeza de la opresión feudal y absoluta, el lujo extremo y el alejamiento total con respecto a la realidad del país, causa final de la propia Revolución. Bertrand Tavernier, muestra tan bien ese ambiente decadente prerevolucionario en su película “Que la fête commence” con los geniales Philippe Noiret, Jean Rochefort y Jean-Pierre Marielle. O Patrice Leconte en “Ridicule” con Charles Berling, Fanny Ardant o de nuevo el mágnifico Jean Rochefort.
Escudo de Versalles

Fachada Suroeste.

Todo esto ha sido Versalles, pero ¿qué es hoy Versalles? Hoy Versalles es una ciudad media, una ciudad de clase acomodada, con unos 90.000 habitantes, a 15 kilómetros del centro de París, capital del departamento de Yvelines, ciudad verde, ciudad dormitorio, ciudad tranquila, ciudad aburrida. Es todo ello y es además uno de los lugares más turísticos de toda Francia. El Palacio de Versalles atrae a millones de turistas, forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCOy centraliza buena parte de la vida económica, cultural y social de la ciudad.
Dada la importancia del Palacio de Versalles le hemos dedicado una página únicamente para él. Visite la sección de otros destinos, Palacio de Versalles, en donde encontrará toda la información relativa a este inmenso y precioso monumento. Para las informaciones complementarias (dónde dormir, dónde comer, de compras, etc, son compartidas por la página del Palacio de Versalles y la de la ciudad de Versalles).

Un poco de Historia

Cuadro del plano de Versalles
Cuadro del plano de Versalles
El primer palacio y finalmente el origen de la presencia real en Versalles se deben a Luis XIII a principios del siglo XVII. Su hijo ya desde joven se imaginará gobernado el reino desde allí. Luís XIVque reinará durante 72 años de 1643 a 1715. Ese larguísimo reinado marcará una época y le permitirá ver el Palacio terminado. El edificio más esplendoroso de toda Francia fue construido, como decimos, durante en el reinado de Luís XIV que principalmente lo utilizaba en su retirada de fin de semana para ir a cazar con los nobles de la corte o como casa de campo para descansar.
Encantado con el ambiente y el paisaje realizó grandes reformas que coincidieron con momentos personales y políticos importantes. Una de las razones de la inmensidad del Palacio de Versalles se debe a a intencionalidad política de la arquitectura de Versalles. La corona decidió concentrar a la nobleza en torno a la corte aislandola de sus feudos y territorios, lo que reforzó el centralismo del Rino y la figura del Rey. Previno las revueltas de la élite y facilitó los procesos de centralización posteriores, aprovechados por la Revolución, el Imperio y las sucesisvas Repúblicas. Fue él, también quién decidió trasladar el tribunal de justicia y el gobierno de facto a la ciudad de Versalles como capital no oficial.  Luís XV mantuvo un tiempo la capitalidad en Versalles, pero su gobierno más débil hizo que la Corte se desplazase parcialmente a París.
La última remodelación fue la más impresionante, ya que añadieron dos alas laterales dando al palacio una longitud de 500 metros, otorgando el aspecto actual a Versalles.
Durante la Revolución varios acontecimientos fundamentales tendrán lugar en Versalles, la reunión de los Estados Generalesla Declaración de Jeu de Paume que marcaba la creación de la Asamblea Constituyente entre otras. La caída del gobierno monárquico y la ejecución de Luís XVI y María Antonieta cierran el periodo absoluto de Versalles.
Mucho más tarde, en 1918, se firmará en la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles, el Tratado de Versalles que pondrá fin la I Guerra Mundial. Actualmente el Palacio de Versalles se utiliza para recibir jefes de Estado de otros países y sobre todo como emblema turístico de  Francia, complemento ineludible a un viaje a París.
Galería de los Espejos

El Palacio ha sufrido algunas reformas pero su aspecto exterior no ha cambiado. Sus jardines son pequeñas obras de arte de la jardinería, gracias a la variedad de plantas, flores, formas y la combinación de todas ellas hacen un lugar esplendido para pasear y relajarse. 
Más allá del Palacio de Versalles…
Pero como hemos dicho, la ciudad no se resume, a pesar de todo, al Palacio. En las secciones de la ciudad encontrará toda la información necesaria para apreciar la ciudad en su justa medida.
Hoy Versalles es una ciudad tranquila, donde la animación no se acerca a la de París, pero que tiene encanto si queremos verlo. Las pequeñas tiendas de Antigüedades, las desiertas calles con bellos edificios llenos de historia, los grandes jardines donde uno se imagina pasear todos los domingos y recorrerlos en bicicleta. Sus festivales, de jazz, sus reuniones de historiadores y sus salones del cómic, añaden interés al Palacio. El Palacio de Versalles que con su larga sombra oculta un patrimonio mucho mayor, como la Salle de Jeu de Paume, el Ayuntamiento, la Place du marché de Notre Dame, la catedral Saint-Louis.


martes, 19 de noviembre de 2013

Aix-En-Provence


La arteria más animada de la ciudad un buen preludio para adentrarse en la zona vieja.
La arteria más animada de la ciudad un buen preludio para adentrarse en la zona vieja.
La ciudad provenzal suele acoger a los visitantes con el sol límpido y el cielo azul claro. Ese particular brillo lo inunda todo y se entrecruza con los chorros de aguas que salen de la fuentes. Así, el calor del Midi se suaviza y se alegra. Esta podría ser una primera impresión de esta ciudad a mitad de camino entre Aviñón y Marsella. Y será de esta forma, si no tienen la mala suerte de acercarse a ella en alguno de esos periodos de fuertes lluvias que tanto perturban a la desembocadura del Ródano, desde Montpellier hasta la propia Marsella.
La impresión positiva se refuerza, generalmente, ya que la visita de Aix-en-Provence no suele ser uno de los puntos álgidos de los viajes por Francia, por Provenza. Normalmente se visita Aix por alguna referencia tangencial. Alguien nos dijo que era un sitio bonito, sin nada particular pero agradable. Esa sería una buena definición de la ciudad, una ciudad viva, agradable, fácil de visitar y recorrer y con mucho ambiente.

La cultura no deja de aparecer en Aix, varios museos, exposiciones constantes, ciertos monumentos… Todo ello es cierto, pero Aix, con su rica historia cultural, su pasión por la pintura, su clima benigno y sus terrazas carece de un monumento o hecho clave que atraiga y catalice la energía turística. Montpellier es otro ejemplo de  este tipo de ciudades, las cuales, sin embargo, suelen ser más acogedoras y entrañables que otras que poseen grandes monumentos reconocidos en la UNESCO.
Escudo de Aix-En-Provence.
Otro punto muy positivo para los viajeros iberoamericanos es el ambientes ciudades con más ambiente, con mayor parecido a la actividad de la calle de España. El viajero podrá sentirse completamente a gusto en sus terrazas, sus restaurantes y plazuelas, podrá comer a las dos y media de la tarde y, nadie, ni camareros ni transeúntes repararán en la tardía hora.
Aix ciudad acuática en pleno interior de la Provenza
El agua es la característica que define a la ciudad, decenas de fuentes inundan la ciudad con un frescor muy necesario en el estío provenzal. Todo el casco viejo es prácticamente peatonal, a él se accede desde la gran avenida, la Cour Mirabeau que une las fuentes de la Rotonde y de los Cuatro Delfines. En está avenida semipeatonal podrá encontrar números cafés y restaurantes, tientas de ropa, productos típicos y librerías.

La Rotonde, la verdadera entrada a la verdadera ciudad
La Rotonde, la verdadera entrada a la verdadera ciudad
El ambiente siempre es animado y se nota que es un lugar donde la gente se exhibe. De la misma manera que las alamedas y las plazas y los paseos de cualquier ciudad de provincia de España o América Latina, en las terrazas de la Cour Mirabeau la gente se sienta a contemplar y ser contemplada. La avenida recuerda también a los bulevares más importantes de París y como en ellos la gente cuida mucho su vestimenta.


Aix-en-Provence, Francia

lunes, 18 de noviembre de 2013

Aviñón

El Palacio de los Papas de Aviñón, espectacular fortaleza desde donde se dirigió la Cristiandad medieval.

Aviñón (Avignon) es una pequeña ciudad con una gran y pesada historia sobre sus espaldas. Sobre la colina que domina el Ródano (Rocher des Doms), el Palacio Papal recuerda un fastuoso pasado que hoy ya no existe. Pero el caudaloso río, que arrancó de cuajo muchos puentes y que dejó tullido al musical puente de St-Bezenet, sigue hoy en día disfrutando a su paso por Aviñón, la reina del Ródano.
Capital del Cristianismo durante más de un siglo, la ciudad hoy en día conjuga ese glorioso y monumental pasado con los cambios de un mundo que se globaliza. Los turistas se mezclan con los inmigrantes, la modificación de la agricultura (el viñedo es una de las actividades más importantes de la región) con el auge de los productos bio; el interés en la ecología con la contaminación de toda la cuenca del Ródano y el teatro más vanguardista con las piedras más sólidas del Palacio donde vivió el Papa Luna.
Escudo de Aviñón.

Un poco de historia
Aviñón, cuyo nombre significaría “ciudad del río” o “ciudad del viento violento” se originó en el promontorio des Doms, que domina el Ródano. Su posición estratégica garantizó un poblamiento continuo y precoz. Al construirse puentes y establecerse como lugar de paso, la ciudad ya era importante en el siglo XII. El famoso Pont d’Avignon, – el mismo de la canción, el tantas veces destruido por las crecidas y reconstruido- , fue la primera fuente de recursos uniendo Aviñón con la ribera oeste del río en Villeneuf-les-Avignon. Los señores rápidamente quisieron controlar este lugar que proporcionaba pingües tasas derivadas del comercio entre París y Lyon, al norte, e Italia. Los Papas se instalaron en Aviñón huyendo de la guerra civil romana en siglo XIV, transformando la ciudad en una segunda Roma. Aviñón florece entre el lujo papal, llegan los artistas y comerciantes, los mecenas y los diplomáticos.
Las artes conocerán un auge estimable incluso después de la marcha de los Papas. Aviñón pertenecerá a los Estados Pontificios hasta la Revolución Francesa en donde el Condado se unirá libremente a la Francia revolucionaria.
Patrimonio Cultural
Todo el casco antiguo es mundial de la patrimonio UNESCO. Está zona de la ciudad bien circunscrita por el río y las murallas ofrece la parte más conocida y turística de la ciudad, pero no la única.  Destaca el conjunto del Palacio de los Papas en la colina de los Doms, con la Catedral del mismo nombre y el puente de St-Bezenet.
El Aviñón de hoy.

La ciudad ha crecido y ha superado las viejas murallas medievales. Aviñón se ha transformado, evidentemente, y hoy es un centro regional de cierta importancia con sus 90.000 habitantes y su industria agroalimentaria, artesanía, etc. La 
lavanda de Orange y del Gard, el vino de Chateauneuf du Papes o de Vaqueyras, la cerámica de Saint Quentin la Poterie y Uzès, todo se vende y se consume en los aledaños del Palacio de los Papas.

El Puente St Bezenet, famoso por la canción, “sobre el puente de Aviñón” (sur le pont d’Avignon)
Aviñón es una ciudad de historia, donde el pasado rezuma por cada piedra pero al mismo tiempo la ciudad es un polo de creación artística contemporánea. Así su Festival de Teatro es uno de los más importantes y reconocidos de toda Europa. Nada como disfrutar del ambiente que el festival de Teatro da en julio, tiñendo a la ciudad de cultura, de vanguardia y de actuaciones más modestas, pero por ello no menos interesantes, las marionetas, el teatro de calle, los comedores de fuego.
Aviñón puede utilizarse como campamento base para conocer otras ciudades como la citada Orange, Nimes, Arles, Marsella, Aix-en-Provence o espacios naturales como, la Ruta de la Lavanda, el Luberon, los Alpilles, la Camargue. Disfrute de la historia y de la belleza de la Provenza.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Cannes


Los tejados de Cannes con ese sol tan mediterráneo y tan cálido. Foto de fightingtheboss
Cannes es, ante todo, la capital mundial del cine. Es la ciudad de las estrellas y de las lentejuelas, del lujo y del glamour, de villas con vistas al mar, de islas y de yates; el destino paradisíaco de ricos y pudientes. Es la agitación de los congresos internacionales. Pero también es la ciudad de los veranos eternos y calurosos: su clima mediterráneo de largos periodos soleados (300 días de buen tiempo por año) la convierte en una ciudad atractiva para el turista. Y a ello se añade esa bahía maravillosa, esas colinas que protegen la ciudad de los vientos, este promontorio que domina la playa, esas dos islas que protegen la costa, el bello paseo de la Croisette…… Auténtico pueblo provenzal con un patrimonio rico y variado y, al mismo tiempo, suntuosa ciudad contemporánea, Cannes no deja de sorprendernos.
Situada en la región Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA), es la tercera ciudad del departamento de los Alpes Marítimos en cuanto a población, después de Niza y Antibes. Se encuentra a orillas del Mediterráneo, a medio camino entre Mónaco (a 55 km) y Saint-Tropez; a36,5 km de Niza y a 60 km de la frontera italiana. Al abrigo gracias al monte Esterel, se extiende a lo largo de numerosas playas. Ciudad elegante y de renombre internacional, Cannes seduce a sus visitantes estivales y a cinéfilos y estrellas.
Escudo de Cannes
De un pueblo de pescadores a la capital del cine internacional
Hasta 1850, la ciudad de Cannes, conserva los trazos de pueblo provenzal y todavía vive de sus actividades tradicionales, en particular de la pesca. Con la llegada del ferrocarril y la habilitación del puerto, la ciudad crece y se moderniza rápidamente. En una década, el número de habitantes se multiplica por diez.
Es entonces a finales del siglo XIX cuando el pueblo alcanza su esplendor, cuando se instalá en él Lord Henry Brougham and Vaux, gran Canciller de Inglaterra, atrayendo a la aristocracia inglesa y europea que construye magníficas estancias secundarias para el invierno en la ciudad vieja, llamada el Suquet, que actualmente conserva sus encantos de antaño. Al igual que otras ciudades del litoral de la Costa Azul y de la Riviera, Cannes alcanzará, grancias a esta población prestigiosa, un desarrollo sin precedentes.
En cuanto a la costa, ésta se transforma muy rápido acogiendo un círculo náutico, y construyendo un casino. En los años 20 del siglo XX, el célebre salón de juegos, el Palm Beach, abre sus puertas en en extremo del paseo de la Croisette y completa la lista de establecimientos de ocio de Cannes y de sus alrededores, como el hipódromo de La Bocca, el famosoCasino des Fleurs en el barrio de Montfleury, así como las treinta hectáreas del campo de golf de la llanura de la Siagne.

Otro aspecto de Cannes se dibuja con laIslas de Instalé, protegiendo la bahía de la ciudad; están prácticamente deshabitadas y abrigan una vegetación de pinos y flores. Estas misteriosas islas, con numerosos vestigios, están rodeadas de viejas leyendas y suscitan la curiosidad de los visitantes en busca de inspiración o de descanso.

El Paseo de la Croisette de noche nos transmite la luminosidad y el glamour de uno de los lugares más emblemáticos de Cannes.
El marco paradisíaco de la ciudad es el lugar perfecto para el Festival internacional de Cine; por muchos aspectos y, sobre todo, por el parecido con la costa californiana, parece el lugar ideal para realizar este “Hollywood europeo”. En 1939, para imprimir imágenes sobre la película, hace falta luz y para tener luz, hace falta sol. Por eso el sur de Francia se impone rápidamente en el rodaje de películas y asistimos así a la instalación de estudios de cine en la Costa Azul, concretamente los de la Victorino en Niza en 1919. A lo larto de los años, se rodarán obras de arte, como Les Enfants du Paradis deMarcel CarnéFanfan la tulipe de Christian-Jaque o Lola Montès de Max Ophuls.
Entonces, para cumplir el sueño americano, los organizadores del Festival tienen dos posibilidades: habilitar y agrandar los estudios de Niza o construir una estructura más moderna cerca de Cannes. Esta última proposición es respaldada por la creación del Festival de cine de Cannes en 1939. A pesar de la guerra, grandes nombres del cine francés animan el proyecto. Y, en 1946, con la apertura del primer Festival de Cannes, la creación de los estudios es indispensable y Jean Cocteau la apoya. Sin embargo, a falta de financiación, el proyecto nunca se llevará a cabo.
De todas formas, Cannes se prepara  en 1939 para convertirse en la escena mítica del cine mundial. Así adquirira su estatuto de renombre internacional, convirtiéndose rápidamente en una ciudad conocida mundialmente, y actualmente ejerce un gran poder de atracción sobre los visitantes franceses y extranjeros fascinados por su aura de ciudad de estrellas del cine.
Visitar Cannes
Lo más aconsejable es comenzar la visita de Cannes por la zona vieja y su célebre Barrio de Suquet. Se puede acceder por diversas vertientes tomando calles inclinadas, atravesadas por escaleras pintorescas donde el peatón es el rey. Lo que uno no se puede perder son las murallas, el Museo de la Castre, la torre cuadrangular y los edificios religiosos. Hay unas vistas formidables de la ciudad, del puerto, de la Croisette, de las Islas de Lérins y de una gran parte de la bahía de Cannes. A los pies de la ciudad se encuentra el alma de Cannes: el mercado Forville y las tradicionales tiendas de alimentación que nos descubre la faceta comerciante de la ciudad.
Por otra parte, la situación Geográfica excepcional de Cannes, nos permite conocer los pueblos y ciudades cercanos como Grasse, Mougins o Antibes.
Barrios de Cannes
La ciudad de Cannes está dividida en diferentes barrios. Uno de los más importante es un barrio periférico llamado La Bocca. Las Islas de Lérins forman un barrio insular, mientras que Croisette, Californie, Palm Beach, SuperCannes et Croix-des-Gardes y le Suquet completan la lista con nombres que nos hacen pensar en el sol.
Le Suquet
Subiendo por la pintoresca calle de Saint Antoine, entrará en el barrio más antiguo de Cannes. La ciudad vieja, antigua ciudadela, se sitúa en el Monte Chevalier, también llamado le Sucquet (palabra provenzal que significa cima).
En el año 154 a.c., los romanos se instalan en place de la Castre, situado en lo alto del Suquetposición estratégicadesde donde dominaban el mar, el bosque y la llanura.
A principos del siglo XI, el Suquet pasa a ser propiedad de los abades de Lérins, que construyen un torreón desde donde se avisa a los habitantes cuando se divisa a los “sarracenos”, para darles tiempo a organizar la resistencia. La torre del Suquet, de forma cuadrada de 20 metros de alto ha sido construida entre 1070 y 1385. Desde ahí, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica magnífica de la ciudad, la bahía, el puerto y el monte Estérel.
En el siglo XV, asistimos al declinio de la abadía de Lérins, que pasa a la corona y comienzan las obras para reforzar las defensas del castillo, abandonado en ese momento.
El Castillo de la Castre ha sido declarado patrimonio nacional en 1790 y es vendido al ayuntamiento de la ciudad un año más tarde. En 1878, es tranformado en industria de la cerámica y después en Museo de las civilizaciones mediterráneas y antiguas, futuro museo de la Castre. En 1937, la torre y la capilla son declarados monumentos históricos.
El Boulevard de la Croisette

Las playas de la Croisette siempre concurridas. Foto de TJ Poppema.
A orillas del mar, a lo largo de la bahía de Cannes, se encuentrael célebre paseo de la Croisette y es uno de los lugares de mayor interés turístico de la ciudad, tanto como las Islas de Lérins. La historia de la Croisette comienza en 1838. Con ocasión de las obras de acondicionamiento del puerto, el sendero que recorre el litoral se convierte en paseo. En aquella época, se denomina“Camino de la pequeña cruz” por una cruz que se elevaba en lo alto de la bahía de Cannes. Más tarde pasará a llamarse bulevar de la Croisette.
Se puede dar un largo paseo y, tal vez entrar en las prestigiosastiendas de lujo, y también admirar los suntuosos palacios como el Hôtel Carlton Intercontinental, el Hôtel Martinez, el Hôtel Majestic o el Palacio Stephanie (antiguo Noga Hilton)…Todos estos hoteles de lujo han sido edificados a partir de 1900, para responder a las exigencias de una clientela compuesta por miembros de la realeza y burgueses.
La Croisette cambia de cara según la hora del día. Puede encontrarse con personajes extravagantes, pero también con auténticos habitantes de la ciudad, personajes de otra época que no tienen nada que ver con la imagen de glamour a que nos tiene acostrumbrados Cannes. Para disfrutar plenamente de este paseo, vayan temprano por la mañana, cuando la Croisette no está todavía llena de gente y le parecerá que se encuentra dentro de la atmósfera de la Belle Epoque.
A lo largo de tres kilómetros, podrá disfrutar de algunas playas todavía públicas (¡la mayoría son de pago!) y admirar la vista de las Islas de Lérins y del monte del Estérel..
Puede también sentarse a la sombra de las palmeras y de los pinos y ver pasar la gente, a menos que prefiera asistir a una partida de petanca, actividad típica de la región.
Otra opción es acomodarse en la terraza de uno de los muchos cafés y restaurantes que iluminan la zona con sus llamativos carteles de neón, y ver pasar los increíbles cochazos que pasan continuamente o admirar los yates desmesurados anclados en la bahía.
Al final de la Croisette, podrá, por un instante, meterse en la piel de una estrella de cine y subir los célebres escalones del Palacio de los Festivales. Allí, no deje de observar el suelo y verá las huellas de las manos de numerosos artistas que han hecho de Cannes la capital de las luces y las lentejuelas.
El puerto viejo (Le vieux port)
El puerto viejo de Cannes es uno de los sitios más pintorescos de la ciudad. En él se encuentran los yates y barcos de pesca. Pero en el siglo XIX estaba todavía reservado a la pesca y al transporte de mercancías.
Un puerto donde lo antiguo y lo moderno cohabitan de forma armoniosa
En 1830, el puerto no estaba todavía acondicionado, y los navíos de mercancías se mantenían a cierta distancia de la orilla para no hundirse. Por lo que la carga y descarga se hacía con galanas, y los barcos se ponían en seguida al abrigo del viendo al sur de la Isla de Santa Margarita.
Las obras comienzan en 1838 con la llegada de los turistas ingleses y rusos, y no terminarán hasta cinco años más tarde. En 1863, se instala un puerto deportivo, lo que confirma la vocación turística del puerto viejo.
Actualmente, la navegación de recreo es más importante que la de pesca, pero todavía hay pescadores que venden a los restaurantes situados en el muelle de Saint Pierre.

El barrio de La Bocca, el Cannes auténtico.
Cannes-la-Bocca
Es un antiguo barrio periférico y el segundo en importancia después del centro. Está situado al oeste de la ciudad y tiene acceso al mar. Es un barrio con vida propia, con un ayuntamiento, una iglesia, un bonito mercado provenzal, e incluso una oficina de Correos (La poste) con su código postal propio. Además, tiene numerosas zonas comerciales e industriales, en una de las cuales se encuentra una parte del Centro espacial de Cannes Mandelieu dedicado a la realización de satélites espaciales.
El Mercado de Forville
Justo encima del puerto, se puede hacer un alto en el mercado de Forville, una nave de colores provenzales donde los productores locales vendes frutas, legumbres y flores. Es en este barrio donde las mujeres de los pecadores venían en otro tiempo a vender lo que pescaban cada día, mientras que sus maridos se encontraban en el bar de la esquina.
Las Islas de Lérins
Las Islas de Lérins son un de los raros barrios insulares que hay en Francia. Forman un archipiélago compuesto por la Isla Sainte-Marguerite, que es la más grande y está bordeada, al este, por el Islote de la Tradelière, que está deshabitado.

La hermosa Abadía de Lérins en la Isla Saint-Honorat, frente a la ciudad de Cannes. Foto flickr de Styeb
A la isla, cubierta de eucaliptos y pinos, Alejandro Dumas le sacó el mayor partido posible en su clásico El hombre de la máscara de hierro. Está atravesada por rutas y senderos, pero por sus playas se pasean muchos menos turistas que por las de tierra firme.
En tercer lugar, está la Isla Saint-Honorat, que es un poco más pequeña; fue el emplazamiento de un conocido y poderoso monasterio fundado en el siglo V, la Abadía de Lérins, y hoy acoge a una orden de monjes cistercienses. Al este se encuentra el Islote Saint-Ferréol, tambén deshabitado. Hay barcos que conducen al turista hasta ambas islas.
La importancia del Turismo
La principal fuente de ingresos de Cannes es el Turismo, y su población se triplica durante la temporada turística. Los palacios y las tiendas de lujo situados en lugares prestigiosos, son numerosos, principalmente aquéllos que se encuentran en el famoso bulevar de la Croisette.
Cannes dispone de un aeropuerto internacional, el aeropuerto de Cannes-Mandelieu, así como de un puerto comercial y náutico que depende de la Cámara de comercio y de industria de Niza-Costa Azul. Además la ciudad posee tres casinos: : « Palm Beach », « Le Croisette » et « Les Princes ». Es la ciudad más cara de Francia por los precios del sector inmobiliario de lujo.
Por otra parte, desde el punto de vista económico, no se puede dejar de hablar del Centro espacial Cannes Mandelieu, que se encuentra cerca del aeropuerto y está organizado en torno al establecimiento de Thales Alenia Space, el cual se ha convertido progresivamente en el primer constructor de satélites de Europa. En Cannes se realizan todos los satélites Meteosat y la serie de satélites de comunicación Spacebus. Constituye la primera industria de los Alpes Marítimos.